Como sabemos, el agua es el líquido vital que nos permite vivir. Es incoloro, insípido e inodoro; es decir, no tiene color, sabor ni olor cuando se encuentra en su mayor grado de pureza.
Sin embargo, los tanques (y cisternas) de nuestros edificios y hogares suelen ser elementos ajenos a nuestras preocupaciones cotidianas, pese a que su correcto mantenimiento resulte indispensable para una buena calidad de vida.
Además de beberla, la utilizamos para preparar alimentos, lavar ropa o vajilla, aseo personal, riego de plantas, cría de animales, etc.
Si a un reservorio de agua no se le realiza una limpieza de manera regular, (Aguas Cordobesas recomienda mantenimientos anuales), la formación de sedimentos, hongos, virus y bacterias van contaminando lentamente el agua, quitándole potabilidad. De tal manera, si la bebemos, corremos riesgo de contraer diversas enfermedades.
Nuestro plan de trabajo consiste en el vaciado del tanque mediante nuestras bombas sumergibles, lo que evita tener que cerrar las llaves de paso con horas de antelación al servicio.; cepillado y remoción de sedimentos acumulados en el fondo de las estructuras y paredes internas, desinfección del reservorio mediante la utilización de preventoles e hipoclorito de sodio y reestablecimiento del agua corriente.
El tiempo promedio para llevar a cabo las tareas es de una (1) hora en hogares y cuatro (4) horas en consorcios o empresas, con reservorios de agua mayores a 10.000 litros.